A Mr. P le ha dado por los aceites de oliva virgen extra.

Le apasiona todo lo que tiene que ver tanto con el proceso como con el aceite en sí, devora todos los libros que caen en sus manos sobre el tema y hasta ha hecho un curso de maestro de almazara! Es fan (en secreto) de una de las eminencias en el tema Carlos Falcó, Marqués de Griñón (sí el padre de Tamara), que por cierto, tiene un libro espectacular: Oleum.

Ahora que he sacado del armario a Mr. P en este tema, os cuento otra cosa.

Todas las familias tienen sus tradiciones, y una de las nuestras es que todos los años en octubre vamos a una ciudad Andaluza. El primer año fue Córdoba, el segundo Sevilla, el tercero (el año pasado y a un mes de nacer Inés {de la Provence} fue Granada), y este año el destino no podía ser otro: Jaén, en concreto a dos de las ciudades Patrimonio Mundial más bonitas que hay de estilo renacentista, Úbeda y Baeza. Y cómo no, una de las principales zonas productoras de aceite de nuestro país.

No me atrevo a confesar cuántas botellas de aceite de oliva compramos…eso sí, ninguna repetida, teníamos que probarlas todas. Al ir en octubre eran todas de la cosecha anterior, excepto una, la única que conseguimos de este año recién recogida: Spiritu Santo.

Como dice Arguiñano “oro líquido”, qué maravilla madre mía. Y para estrenarla nada mejor que unas tostadas o una ensalada.

Así que con el aceite, las granadas de temporada, y un queso que compré en Santiago de Compostela aprovechando una reunión hace un par de semanas, preparé esta ensalada completísima para cenar.

Ingredientes:

• Una bolsa de ensalada preparada (o media lechuga de la que sea)
• 1/2 granada
• Un puñado de nueces
• Una pizca de sal en escamas
• Una cucharada de crema de vinagre de Módena
• Aceite virgen extra (si es posible Spiritu Santo, que es espectacular)
• 150 gramos de queso (yo utilicé Queixo de Aldea de Lorán)

En cuanto a la receta ya podéis imaginar, lavar, mezclar, aliñar y listo ¡A disfrutar!